¿Ordenar u organizar? No es lo mismo, aunque a veces se confundan

En el mundo de la organización profesional, es muy habitual escuchar los términos ordenar y organizar usados indistintamente. Muchas veces, incluso en conversaciones cotidianas, se emplean como si fueran sinónimos. Sin embargo, desde mi experiencia como organizadora profesional, hay una diferencia fundamental entre ambos procesos. Y entenderla puede marcar un antes y un después en la manera en que abordas el orden en tu vida.

Para mí, el orden empieza con una decisión

Cuando hablo de orden, no me refiero solo a colocar cosas “en su sitio”. Hablo de algo más profundo: ordenar es decidir. Es hacer una revisión consciente de lo que hay en tu vida (física, mental, emocional) y elegir qué deseas conservar. En este sentido, ordenar implica preguntarte:

  • ¿Esto lo quiero en mi vida?
  • ¿Esto me aporta o me estorba?
  • ¿Está alineado con la etapa en la que estoy?

Ordenar es un acto de introspección. Es el primer paso. A veces lleva tiempo, y muchas veces también es incómodo. Pero es absolutamente necesario para poder dar el siguiente paso de forma eficaz.

Una vez decides, organizas

Cuando ya has hecho esa revisión y has elegido con intención lo que se queda, entonces llega el momento de organizar. Es aquí donde entra el diseño de sistemas funcionales, adaptados a tu espacio, a tus rutinas, a tu forma de pensar y de vivir. Organizar no es apilar cajas o comprar mil contenedores. Organizar es darle un sitio claro, práctico y sostenible a aquello que has elegido conservar.

Es la parte visible del proceso, pero no es la primera. Sin orden (es decir, sin haber elegido), la organización no funciona. Puedes tener los mejores sistemas, pero si están llenos de cosas que no necesitas, no te gustarán o no te representan, acabarás en el mismo caos al poco tiempo.

¿Y si alguien lo ve al revés?

En este mundo hay muchos enfoques, y eso está bien. Hay profesionales que consideran que primero se organiza y luego se ordena. Para ellos, organizar incluye depurar, decidir, seleccionar. Y luego, como parte final, “ordenan” los objetos en su lugar.

No digo que esa visión esté equivocada. Simplemente, yo prefiero diferenciar ambas fases porque me parece que ayuda a las personas a entender que no todo empieza con colocar cosas, sino con cuestionarlas y decidir desde un lugar consciente.

De todos modos, esto ocurre sobre todo porque no hay una terminología “oficial” única y globalmente estandarizada en el mundo de la organización profesional —cada profesional o escuela puede tener su propio enfoque.

Ambas formas de entenderlo son válidas si están bien explicadas. Lo importante no es tanto el término, sino la intención y el proceso detrás de cada acción.

En resumen y según mi "Método Ordenóloga"

  • Ordenar es revisar, decidir y elegir lo que quieres en tu vida.
  • Organizar es crear sistemas prácticos y sostenibles para que esas elecciones se mantengan en el tiempo.

El orden real no se logra con más cajas, sino con más claridad. Y la organización, para que funcione, necesita que antes hayas hecho espacio —físico, mental y emocional— para lo que realmente importa.

Si estás en un momento de cambio, si sientes que “no puedes más con el desorden” o simplemente quieres empezar a vivir más ligera, recuerda que el primer paso no es comprar cajas. El primer paso es preguntarte: ¿qué quiero realmente en mi vida?

Si quieres conocer más tip de orden puedes seguirme en mis redes sociales @esthertorras.